
Fue un criollo distinguido perteneciente a una familia de la aristocracia limeña, y decidido partidario de la Independencia desde los primeros momentos. Estuvo en España en tiempos de la invasión napoleónica afiliándose a las Logias que por entonces trabajaban por la Independencia de América.
En 1810 estuvo de regreso en el Perú y hasta la llegada de San Martín fue la "figura epónima de las conspiraciones limeñas". Colaboró con San Martín antes y después de su llegada a Perú.
Fue nombrado prefecto del Departamento de Lima, donde tuvo destacada actuación en la defensa de la capital cuando Canterac la atacó en Septiembre de 1821.
Fue el principal promotor de la asonada contra Monteagudo en julio de 1822. El 28 de febrero de 1823 es nombrado presidente de la República.
En su función de presidente, desplegó una gran actividad, hizo efectivo el préstamo conseguido por San Martín en Londres, equipó la escuadra y preparó una nueva expedición al sur, pidiendo ayuda a Colombia y Chile.
Uno de los objetivos de Riva Agüero era consolidar la Independencia del Perú sin la ayuda de tropas extranjeras, solo con el esfuerzo propio de los peruanos. Falleció en Lima el 25 de mayo de 1858.