
Tienen su propio dialecto y se creen descendientes de los incas. Visten con una cushma, a la que decoran artísticamente, con dibujos geométricos, en tanto que hacen sus tocados con vistosos plumajes.
Son excelentes agricultores y navegantes y tienen facilidad para practicar las transacciones comerciales con los blancos.
Su asimilación a la cultura occidental empieza con el establecimiento de misioneros franciscanos hacia 1685.