
Domesticado desde tiempos prehispánicos, la llama representó, junto con los otros auquénidos: vicuña, alpaca y guanaco, el sistema de ganadería inca.
De gran resistencia, podía pasarse hasta 5 dias sin comer ni beber, era utilizado como elemento de carga ya que podía soportar hasta 50 kg de peso, teniendo gran habilidad para desplazarse por sobre la accidentada cordillera.
Su carne servía como alimento fresco o como carne seca-salada o "charqui"; de su lana, que recubría su cuerpo, se hacian los filamentos para los tejidos, en tanto que de su cuerpo se confeccionaban ojotas y de los huesos salían las flautas como instrumento musical.