
Mención especial merece la ciudad de Machu Picchu la cual fue mandada a construir por los últimos Incas para que sirviese como lugar de refugio en caso de emergencia; por esta razón se mantuvo en secreto, tanto antes como después de la invasión española.
La arquitectura incaica, ejecutada desde mediados del siglo XV a mediados del XVI, se caracteriza por ser ciclópea o de piedras inmensas; poligonal, porque tiene muchos lados, como la piedra de los doce ángulos en el aposento de Inca Roca (Cusco) y almohadillada, o mejor dicho con piedras en forma de grandes ladrillos colocados en hileras con sus bordes rebajados.
Según el cronista Garcilaso de la Vega, la preocupación de los Incas fue restaurar y al mismo tiempo superar la arquitectura de Tiahuanaco; de todas maneras la arquitectura Inca es sobre todo, impresionante por su grandiosa solidez y desmedido tamaño y peso de las piedras, no acostumbraban tarrajearlas, salvo cuando fueron de pirca.
El célebre viajero alemán Alejandro Von Humboldt, la calificó de sencilla, sólida y simétrica: tres palabras que resumen todo lo que se pueda decir respecto a la arquitectura incaica.