
La tumba fue hallada a tres metros de profundidad y tenía cinco metros por cada lado.
Contenía esqueletos de dos guerreros y dos concubinas que rodeaban al señor y otros servidores en torno a él y un perro.
Luego se halló al señor dentro de una caja mortuoria, de aproximadamente 2.40 por 1.20 metros, finamente labrado y armado con amarras de cobre; esta caja era de madera.
La cabeza del Señor de Sipán estaba cubierta por varias piezas de oro que cubrían los ojos, la nariz, los dientes, toda la mandíbula inferior, y una patena (platillo de oro) sostenía todo el cráneo.