
Desde las diez de la mañana hasta bien entrada la tarde del domingo de carnaval, el corso recorre la ciudad con el Rey Momo acompañado de las patrullas y comparsas, bailando y cantando por las calles.
Por las noches los bailes de antifaces, noche de reinas, unshas, cortamontes y cutadas son la diversión de los cajamarquinos y sus visitantes hasta la madrugada.
Los carnavales cajamarquinos son ricos en expresiones culturales y tradicionales como por ejemplo, el concurso entre los cinco barrios de Cajamarca, que se alistan todo el año para la contienda musical.
El punto culminante es la entrada del Ñ Carnavalón. Este festivo personaje, que marca el final del carnaval, y baja a la ciudad acompañado de comparsas, patrullas, cabezones, llenando el espíritu de alegría, huayno, marineras y cashuas, junto con alguno que otro ritmo moderno. Algo característico del corso carnavalesco son las comparsas de payasos.